Es desafortunado si no eres capaz de ejercer apropiadamente esa autoridad a pesar de que se te ha dado una gran autoridad de parte de Dios. Todo tiene un plazo y un tiempo. Si pierde el tiempo señalado, no importa cuán bueno sea, no tiene sentido. En la parábola de las diez vírgenes, las cinco vírgenes insensatas no estaban preparadas, y al oír una voz que les decía que salieran al encuentro del novio, se apresuraron a preparar aceite, pero la puerta estaba cerrada y no podían entrar al banquete de bodas. (Eclesiastés 3:1, Mateo 25:1-13) I). Después que la palabra de Dios es predicada por todo el mundo y todos los hijos de Dios son encontrados, ¿de qué sirve darse cuenta tarde y tratar de llevar a cabo el ministerio del evangelio?

La corona de justicia y el oficio de real sacerdocio están reservados para aquellos que han cumplido el ministerio del evangelio. Hagamos lo mejor que podamos cuando se nos presente la oportunidad de darle a Dios más alegría al ofrecer más arrepentimiento a los pecadores antes de que regresemos al cielo eterno. La Biblia nos dice claramente que participar humildemente en la obra del evangelio junto con Dios es la imagen que Dios desea y agrada más. Para dar gran alegría al Padre y a la Madre celestiales, en nombre de Dios, pido a todos los miembros de la familia de Sion que despierten al mundo y conviertan muchas almas para que lleguen juntas al cielo.