El que enseña la justicia a muchos es como una estrella que brilla para siempre. Para recibir estas bendiciones, Dios nos ha pedido que “prediquemos el evangelio” (1 Tesalonicenses 2:4). ¿No podría el Dios que hizo los cielos y la tierra tener el poder de pedirnos? Todos los hijos de Dios de todo el mundo pueden venir a Sion de inmediato con solo decir la palabra. Sin embargo, la razón por la que nos encomendó esta tarea contiene la voluntad de bendecirnos.

Sé que las palabras que Dios ha dado son todas bendiciones. Para bendecirte, Él vino a esta tierra hace 2000 años y estableció la verdad del nuevo pacto. Además, dado que Satanás el diablo cambió los tiempos y las leyes de Dios para destruir esta bendición, ¿no vendría Dios a esta tierra nuevamente para restaurar el sistema de verdad en el nuevo pacto y abrir el camino para que seamos bendecidos? A ese Dios lo recibimos en Sion. Creemos en el Espíritu Santo y la Esposa que vino a esta tierra según la Biblia y la evidencia de los profetas, el Padre Celestial Ahnsahnghong y la Nueva Jerusalén Madre Celestial, y estamos siguiendo el camino que el Padre y la Madre guían.

Los hijos que están siendo redimidos son aquellos que siguen a Dios dondequiera que Él los lleve (Apocalipsis 14:4). Podemos seguirlo a donde Él nos lleve porque creemos que cada palabra que Él da es un camino de bendición. No hay necesidad de adjuntar ninguna otra razón a la Palabra de Dios. Espero que si ustedes obedecen la Palabra, ésta se transforme nuevamente en bendición, para que puedan llegar a ser miembros de la familia de Sión que alcancen el eterno reino de los cielos por obedecer siempre la Palabra.