Dios ha hecho una preciosa promesa a la humanidad, que el que come la carne y bebe la sangre de Jesús, tendrá vida eterna, mientras que quien no coma su carne ni beba su sangre, no tendrá vidad en él.
Para salvar a sus hijos, que eran pecadores del cielo, Dios no dudó ni un momento en morir por nosotros en la cruz. Mediante el sacrificio de Dios, hemos recibido salvación y vida eterna.

A través del gran amor y sacrificio de Dios, hemos sido salvos. Es por eso que siempre debemos agradecer a Dios y regocijarnos en la salvación. Doy gracias a Dios Padre Ahnsahnghong por su inagotable amor por nosotros.

Nunca olvidaré la gracia y el amor del Padre y la Madre celestiales.
Y guardaremos la Pascua del Nuevo Pacto y la predicaremos diligentemente al mundo.

Guardemos la Pascua del Nuevo Pacto que se nos ha dado a través del sacrificio y el amor de Dios con acción de gracias, y seamos obreros de la predicación del evangelio a muchas almas agonizantes.