No llegaremos al reino por nuestros pensamientos, sino por la voluntad de Dios. Los pueblos de Dios deben entender su voluntad. Ella se puso en todas las cosas y en la obras de Jesús. Él hizo sus obras por la voluntad de Dios. Cuando hagamos lo que Jesús hizo, cumpliremos la voluntad de Dios, de modo que entraremos en el reino de los cielos.

Jn. 6:38 Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.

Jesús nos mostró la voluntad de Dios por sus obras. Al cumplir lo que él hizo, alcanzaremos al reino eterno.

Lc.4:16 Vino a Nazaret, donde se había criado y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a costumbre

Jesús mostró el ejemplo de guardar el día de reposo. Guardar el día de reposo es la voluntad de Dios.

Mt.26:26~ mientras comían, tomó Jesús el pan... Tomad, comed; esto es mi cuerpo. Y tomando la copa..Bebed de ella todos porque esto es mi sangre del nuevo pacto que por muchos es derramada para remisión de los pecados.

Él guardó la Pascua del nuevo pacto. Esto también la voluntad de Dios.
Al guardar el día de reposo y la Pascua del nuevo pacto podremos hacer la voluntad de Dios. Por el contrario, el que no los hagan serán condenados.

Mt.7:21 No todo el que me dice; Señor, Señor entrarán en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.

Jesús claramente dice; el que no haga lo que hizo Jesús, nunca podrá entrar en el reino de los cielos. Así, podemos entender que nuestra salvación depende de nuestras obras.