Profetiza que Dios elegirá a Sion y la hará su morada, y otorgará la bendición de la vida eterna en Sion, esa morada. Desde la perspectiva del pueblo de Sion, podemos reconocer y recibir a Cristo, el gran misterio de todos los misterios. Solo aquellos que están dentro de Sión pueden recibir la bendición de la vida eterna. Esto se debe a que Dios fijó los ojos de los que viven en Sion como estándar y reconoció que todos los puntos de vista de Sion eran correctos.

El único lugar donde podemos realizar a Cristo, el misterio de los misterios ocultos de Dios, es sólo en Sión (Sal 133, 1-3, Sal 132, 13-14). Dios nos dio la bendición de la vida eterna y nos dio invitaciones para ir al cielo. ¿Cuán preciosa y valiosa es esta invitación?

Hay hermanos y hermanas dispersos entre las naciones que aún no tienen los ojos espirituales para reconocer a Cristo. Conducámoslos rápidamente a Sion y abramos sus ojos para que vean a Cristo, el misterio de Dios. Así que hagamos que se unan a nosotros en las filas de la salvación. Espero que distribuyamos diligentemente la invitación de Dios de venir al cielo para que podamos regresar a nuestro hogar celestial y ser alabados por Dios.