El Espíritu Santo y La Esposa que viene a darnos vida son Dios Padre y Dios Madre.
Como invitados participemos en el banquete de las bodas celestiales que Dios Padre y la Madre celestial están convocando.

El banquete de bodas celestial debe haber un novio, una novia e invitados.
En la parábola del banquete de bodas celestial que Jesús enseñó aparecen el novio y los invitados, pero no hay novia.
Esto es, no es un tiempo que la novia todavia aparece en la época de Jesús primera venida.
La novia ha de aparecer al final de los seis mil años de la obra de la redención de Dios.
La novia indica la esposa de Dios (Dios Madre) que aparecerá en el últido día.
La Igleisa de Dios Sociedad Misionera Mundial cree en Dios Padre y Dios Madre quienes son salvadores.

La Biblia compara nuestra salvación con la participación en un banquete de bodas. Una boda es un día muy feliz. ¿Ha comparado nuestra salvación con participar en un banquete de bodas simplemente porque es un evento alegre? No. A través de la parábola de un banquete de bodas Dios muestra la existencia de la Madre celestial, la novia. Nuestra salvación nunca vendrá sin la Madre Celestial.