Podemos obtener la vida eterna a traves de Dios Madre

Debemos creer en la Madre Jerusalén Celestial, de quien se testifica en la Biblia, y acompañar a la Madre
Jerusalén hasta el final.

Incluso los cristianos que profesan creer en Dios niegan al Dios Madre del que da testimonio la Biblia. Así como los innumerables judíos que negaron a Cristo Jesús, de quien dan testimonio todas las profecías de la Biblia, hace 2.000 años. ¿Pueden realmente ser llamados creyentes en Dios? Además, ¿serán salvos y estarán ahora en el reino de los cielos de Dios? Todos sabemos la respuesta. No importa cuán ardientemente crean en Dios y hagan innumerables buenas obras, la fe de aquellos que no aceptan al Cristo testificado en la Biblia es una fe falsa. La fe que Dios quiere es no seguir al Dios creado por nuestros pensamientos. Solo aquellos que creen en Dios como lo evidencia la Biblia son aquellos que tienen fe verdadera, y aquellos que tienen la fe que Dios quiere. Tal era la fe de los apóstoles hace 2.000 años, y tal es la fe de los que creen en Dios Padre y Dios Madre testificada en la Biblia hoy. Debemos encontrarnos con Dios a través de la Biblia.

Los salvadores de esta era son el Espíritu y la Esposa. La novia es la Jerusalén celestial, y la Jerusalén celestial es nuestra madre. Aquellos que niegan a la Madre Celestial no pueden salvarse. Cree en la Madre Celestial testificada en la Biblia y recibe la salvación

Creeré en la Jerusalén Celestial, Madre que vino a esta tierra para a sus hijos, y la seguiré hasta el final.

La Biblia da testimonio de la Jerusalén Celestial, es decir, de Dios Madre. Puede recibir la salvación solo cuando cree en Dios Madre que ha aparecido en los últimos días. Hagámonos hijos de Dios Madre y vivamos con la alegría de la salvación y la esperanza del cielo.

No podemos negar la evidencia bíblica de la Madre Madre.
Seamos nosotros quienes sigamos a la Madre del Cielo hasta el final.

Recibamos a la Madre Celestial, que es el amor que nos da la vida, y sigámosla hasta el final para ser salvos.

La voluntad de Dios que hizo que la vida fuese dada por las Madres. La función de dar a luz a los hijos es de una madre. Debemos creer tanto en Dios Padre como en Dios Madre.

Estoy tan feliz porque soy hija de Dios Madre. Doy gracias a Dios Elohim por permitirme la oportunidad para entrar al reino de los cielos.

Bienaventurados los que aman a Jerusalén, muestran su gloria y van a Jerusalén para recibir el Espíritu Santo. Vamos a Jerusalén Madre Celestial y recibamos gratis el agua de la vida y vayamos a la salvación y vida eterna.

Puedes ganar la vida eterna creyendo en Dios Madre, de quien se testifica en la Biblia.

Me convertiré en un hijo que sigue hasta el final a la Madre Jerusalén que vino a darnos el agua de la vida en la época del Espíritu Santo.