Gracias por enseñarme los mandamientos de Dios para que pueda amarlo. No diré que amo a Dios solo con mis labios. Mostraremos amor al obedecer los mandamientos de Dios al 100%.

Quiero que todos sepan que creer en la Madre Celestial, de la cual Dios Padre mismo testificó, también es guardar los mandamientos de Dios.

La verdad de la vida nos hace libre. Cada vez que guardemos el mandamiento de Dios nuestra alma está purificada.

Sí tiene razón. Guardemos todos los mandamientos de Dios siguiendo a la Madre Celestial.
Seguir a la Madre Celestial es la mayor bendición para la humanidad.
Y cuando seguimos a Dios Madre, podemos realizar el amor más grande.
Dios Madre vino a esta tierra para nuestra salvación.
Espero que el mundo entero reciba a la Madre Celestial y sea salvo.

En esta época la Madre celestial nos da enseñanza del cielo estando con nosotros.
La palabra de la Madre celestial es la verdad y el mandamiento de Dios.
Voy a obedecerla con todo mi corazón.

Si eres un hijo de Dios, debes guardar la palabra de Dios, los mandamientos.
También debemos guardar la palabra de la Madre Celestial, el Salvador de la época
del Espíritu Santo, la esposa del Espíritu Santo, para ser salvos.

No olvidaré la palabra del Padre celestial Ahnsahnghong, quien nos advirtió que si escuchamos atentamente a la Madre celestial, todo estará bien.

Dios Madre fue la salvadora de esta era y permitió las enseñanzas de la vida.
Suguiremos los mandamientos de Dios Madre para volver a reino del cielo.

Cristo Ahnsahnghong de la Segunda Venida, quien vino por nuestra salvación en esta tierra, restauró todos los mandamientos del nuevo pacto y nos condujo a la salvación. Por lo tanto, debemos guardar el nuevo pacto de acuerdo con las enseñanzas de Dios que vino en el cuerpo. Además, Cristo Ahnsahnghong nos enseñó que, dado que sigue a la Madre, nosotros también debemos seguir a nuestra Madre celestial. Esta enseñanza es también un mandamiento que Dios nos ha dado directamente. Si amamos a Dios, debemos seguir a nuestra Madre celestial y obedecer sus enseñanzas y guardar sus palabras así como guardamos el nuevo pacto.

Los Hijos de Dios escuchan la voz de Dios.
Bienaventurados los que siguen las palabras de la Madre celestial, que da el agua de la vida en estos últimos días.