Hace dos mil años, Jesús dijo que nos daría vida eterna en los últimos días.
Porque en los últimos días aparecerá la Madre Celestial, que nos da la vida eterna.
Por eso, en la época del Espíritu Santo en la que vivimos, Dios Padre y Dios Madre, el Espíritu y la Esposa, vinieron a esta tierra.
Todas las personas que viven en este mundo deben recibir a Dios Madre como a Dios Padre para recibir la vida eterna.
Gracias a Dios Padre y a Dios Madre por darnos la salvación.

Para recibir la bendición de la vida eterna, debemos conocer correctamente al Dios que da la vida eterna. La Biblia dice que en la última época del Espíritu Santo, Dios vendrá como el Espíritu Santo y la Esposa para darnos la vida eterna, y nos llamará. Debemos seguir adelante en respuesta a ese llamado y reconocer y recibir adecuadamente al Espíritu Santo y a la Esposa. En la Santísima Trinidad, el Espíritu Santo significa Dios Padre. Entonces, ¿quién es la Esposa del Espíritu Santo? Es, por supuesto, Dios Madre. Para recibir la vida eterna, debemos reconocer y recibir adecuadamente a Dios Padre y Dios Madre. No nos volvamos tontos que se apartan de las voces del Padre y de la Madre celestiales que nos llaman desesperadamente, sino convirtámonos en hijos verdaderos del Dios que los comprende y acepta adecuadamente.

La Madre Celestial vino a este mundo según las profecías de la Biblia.
La Biblia testifica que Jerusalén, que descendió del cielo, es la esposa del Cordero.
Y la Biblia nos dice que la Jerusalén celestial es Nuestra Madre.
Para convertirse en un hijo de Dios que recibirá la salvación, deben creer en Dios Madre.
Espero que sean salvos al creer y recibir a Dios Madre.