Hay muchas iglesias en el mundo de hoy, pero la mayoría de ellas ni guardan ni practican el evangelio del nuevo pacto que Jesús enseñó como ejemplo.
La realidad es que las personas que creen en Cristo afirman que pueden ser salvas solo creyendo, y pasan por alto la fe práctica que sigue las enseñanzas de Cristo registradas en la Biblia incluso cuando leen la Biblia.

Si conoce la Palabra de Dios pero no la practica, no podrá comprender completamente la voluntad de Dios en los mandamientos y leyes de Dios y no podrá participar en la obra de salvación de Dios (Santiago 2: 14-26).

En repetidas ocasiones enfatizó que no confesar nuestros pecados es un acto de ira reprimida en el Día del Juicio.
Podemos aprender el significado del nuevo pacto que Dios nos ha dado y llegar a la realización correcta al practicar todos los preceptos del nuevo pacto, incluidas las reglas del nuevo pacto, la oración, la evangelización y el amor fraternal.
Por lo tanto, definitivamente habrá una gran diferencia en la fe de quienes escuchan el camino y de quienes lo hacen. (Santiago 1: 22-25)

No se detenga en lo que sabe ahora, pongámoslo en acción.
Tenemos el encargo de iluminar el mundo en nombre de Dios.
No tenemos nada que temer que los corazones de quienes reciben la palabra se rebelen y no escuchen.

No hay nada que pueda ser juzgado o determinado acerca de la salvación (Ezequiel 3: 10-27). Pero debemos predicar el evangelio a todos, lo escuchen o no.

Solo la Iglesia de Dios es un lugar donde la Palabra de Dios se guarda y se practica por completo.

Todos, caminemos por el camino de la fe para que podamos heredar juntos el reino de los cielos.