Todas las cosas de este mundo se están haciendo por la promesa. Sin ella este mundo estará en caos. De la misma manera, tenemos que tener la promesa de Dios para entrar en el reino de los cielos. Por eso, la biblia dice que somos hijos de la promesa.

Gal.4:28 Así que, hermanos, nosotros, como Isaac, somos hijos de la promesa.

Aquí dice que somos hijos de la promesa. Entonces, ¿ qué es lo que Dios nos ha prometido? Es la vida eterna.

1Jn. 2:25 Y ésta es la promesa que él nos hizo, la vida eterna.

Lo que él nos ha prometido es la vida eterna. Los que no tengan la vida eterna, nunca podrán tener la parte de los hijos de la promesa ni heredar la herencia del reino de los cielos. Entonces, ¿ por medio de qué podemos tener la vida eterna? Dios lo ha mostrado por las cosas terrenales.

Ro. 1:20 porque las cosas invicibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.

Si investigamos la cosa de este mundo, podemos entender las cosas invicibles. Entonces, ¿ cómo se da la vida a sus hijos? La vida física es dada solo por la madre física. Ninguno ser viviente ha existido sin su madre. Entonces, ¿ qué es lo que Dios nos enseña por esta providencia? Es que la vida eterna también es dada por la Madre celestial, Dios Madre.

Gal.4:26 Mas la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre.

Así, la biblia nos testifica claramente de la Madre celestial. Solo los que reciban a ella podrán tener la parte de la promesa teniendo la vida eterna.

Gal.4:31 De manera, hermanos, que no somos hijos de la esclava, sino de la libre.

Los hijos de la Madre celestial son dignos de ser hijos de la promesa.