La adoración es un elemento esencial para temer y servir a Dios.

A través de la adoración, todos los pecados son perdonados y el pueblo de Dios recibe la bendición de la santidad y se acerca más a Dios.

La ley del Antiguo Testamento es una sombra de las cosas buenas por venir y una señal del Nuevo Testamento que realmente será revelado (Hebreos 10: 1).

En los tiempos del Antiguo Testamento, las ofrendas ofrecidas por los israelitas a Dios se convirtieron en servicios de adoración en los tiempos del Nuevo Testamento.
Por lo tanto, si estudia los sacrificios en los tiempos del Antiguo Testamento, podrá comprender el significado de nuestra adoración a Dios en los tiempos del Nuevo Testamento.

La adoración era una ofrenda regular de sacrificios a Dios en un día y hora establecidos.

La adoración es “acuérdate del día de reposo para santificarlo” y “fiesta de Dios para reunirte en el día que hayas señalado”.

Dios nos ha mandado buscar a los que nos adoran en espíritu y en verdad (Juan 4: 21-23).

En ese sentido, nunca debemos perder la preciosa oportunidad de adoración a la que Dios nos ha llamado.

Algunas personas preguntan: "No es la forma de adoración lo que importa, sino el corazón, ¿no es así?". Por supuesto, la actitud de adoración también es importante.

Pero la Biblia dice: “La fe sin obras no puede salvarse a sí misma, y ​​está muerta en sí misma” (Santiago 2: 14-17).

Para dar vida a la fe, debe ir acompañada de obras. Adoramos a Dios plenamente y recibimos las bendiciones y la gracia de Dios en abundancia.

Y mantengamos esa adoración en la iglesia de Dios que practica la palabra perfecta.