Para entrar en el eterno reino celestial, nuestro espíritu debe nacer de nuevo, aunque nuestro cuerpo esté destinado a morir como esclavo del pecado.
A través del bautismo, tenemos el perdón de pecados y nacemos de nuevo a una nueva vida, tal como Jesús resucitó de los muertos, y nuestros nombres son escritos en el libro de la vida del cielo.
Este es el porqué de nuestro bautismo.
El bautismo es una ley no dada para lavar la suciedad de nuestro cuerpo, sino para lavar el pecado de nuestra alma, de manera que nuestra alma pueda vivir de nuevo.
Dios nos dio su gracia, la ley del bautismo como el primera paso para la salvación, por la cual nuestros pecados son erradicados y perdonados.
Efesios 2/1 [ Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, ]