La Biblia dice que la pena por nuestros pecados es la muerte.
En otras palabras, si se quita el pecado, es imposible morir.
Dios vino a salvarnos con la verdad de que podemos recibir el perdón de los pecados.
Sin embargo, el perdón de los pecados no se dio sin recompensa.
Esto fue posible porque un Dios sin pecado se sacrificó por nuestros pecados.
Debemos estar agradecidos por el perdón de los pecados y la bendición de la vida eterna, que se concedió a través del sacrificio de Dios, y valorarlo más que cualquier otra cosa en el mundo.

Dios estableció la pascua para salvarnos. El diablo nos impide celebrar la pascua para llevarnos a la destrucción. ¿Qué elecciones debemos hacer si queremos ser salvos?
Debemos guardar el mandamiento de Dios, la pascua!

A través de la Pascua, Cristo nos liberó del pecado y de la muerte y nos llevó a la vida.
La Pascua del nuevo pacto es el mandamiento supremo y la ordenanza de Cristo. Porque al cielo eterno, el mundo sin muerte, solo pueden entrar aquellos que tienen vida eterna, Él nos libró de la ley de la muerte para que podamos obtener la vida eterna.

Gracias a Dios Ahnsahnghong por bendecirme que fue esclavo de la muerte a causa de mis pecados en el cielo, por darme el perdón a través de la Pascua del nuevo pacto para que pueda vivir en la esperanza del cielo.

Estoy verdaderamente agradecido por la gran gracia y amor del Padre Ahnsahnghong y de la Madre Celestial, quienes vinieron a esta tierra para cambiarnos a los que caminábamos por el camino de la muerte al camino de la vida eterna.