Romanos 9
8 Esto es: No los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino que los que son hijos según la promesa son contados como descendientes.
9 Porque la palabra de la promesa es esta: Por este tiempo vendré, y Sara tendrá un hijo.
10 Y no sólo esto, sino también cuando Rebeca concibió de uno, de Isaac nuestro padre
11 (pues no habían aún nacido, ni habían hecho aún ni bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por las obras sino por el que llama),
12 se le dijo: El mayor servirá al menor.
13 Como está escrito: A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí.

La Biblia dice que Isaac y Jacob son los hijos de la promesa, y
Acerca de la promesa;

Romanos 9
11 (pues no habían aún nacido, ni habían hecho aún ni bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por las obras sino por el que llama),

"Los hijos de la promesa" son los que reciben una promesa antes de nacer a través de una profecía, como Isaac y Jacob.
Isaac recibió lo prometido por la ayuda de su madre Sara.
Sara protejió a su hijo Isaac por haber echado a Ismael quien se burlaba y perseguía a Isaac.

Y Jacob también recibió lo prometido por la ayuda de su madre rebeca, en la historia de la Biblia.
Rebeca ayudó que él recibiera la primogenitura por la cual recibió lo prometido y que su hijo Jacob huyera de Esau para guardar su vida.

Un punto común de los dós es que recibieron lo prometido con la promesa de Dios por la ayuda de sus madres,
y ellos son llamados los hijos de la promesa.

De la misma manera, los hijos de la promesa en la última época, quienes son los santos que serán salvos son los que reciben lo prometido por la Madre Celestial.
Es decir, los hijos de la Madre Celestial son los de la promesa.

Gálatas 4
26 Mas la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre....
28 Así que, hermanos, nosotros, como Isaac, somos hijos de la promesa.
29 Pero como entonces el que había nacido según la carne perseguía al que había nacido según el Espíritu, así también ahora.
30 Mas ¿qué dice la Escritura? Echa fuera a la esclava y a su hijo, porque no heredará el hijo de la esclava con el hijo de la libre.
31 De manera, hermanos, que no somos hijos de la esclava, sino de la libre.