Dios está dirigiendo la obra de redención dividiendo los 6.000 años en tres edades para nuestra salvación.
Él profetizó por adelantado a través de numerosos profetas y personalmente nos testificó que todas las palabras de la Biblia son verdaderas al cumplir esas profecías.
Todas las palabras dadas a lo largo del Antiguo y Nuevo Testamento fueron dadas para completar toda la obra de redención en la última época del Espíritu Santo.
Él juega el papel de un salvador en la época del Padre, la época del Hijo y la época del Espíritu Santo: especialmente, en la última época del Espíritu Santo, Dios Padre y Dios Madre aparecen juntos y todos Las profecías de la Biblia se están cumpliendo.
Por lo tanto, deben saber cuán bendecido y afortunado es nacer en esta era y encontrarse con Cristo Ahnsahnghong, el salvador de esta época y la Madre Celestial.

Dios Ahnsahnghong y Dios Madre son verdaderamente nuestros salvadores que aparecieron en esta tierra incluso soportando todas las durezas y persecuciones del mundo para salvarnos con Su preciosa carne y sangre del pacto. De verdad doy toda gloria y gracias a nuestro Dios Elohim por su gran misericordia para nosotros.

Hoy sólo se salvan los que creen en Dios Padre y en Dios Madre.
Porque él es el salvador de esta era.
Recibamos el perdón de los pecados recibiendo a Dios Padre y a Dios Madre
y volvamos al cielo~!!!

Dios mismo vino a esta tierra para enseñarnos la verdad y dar el ejemplo de guardarla.
Vino en el nombre de Jesús durante dos mil años, estableció el nuevo pacto, estableció la iglesia verdadera, la Iglesia de Dios, y se fue al cielo.
Sin embargo, después de eso, el nuevo pacto fue perdido por Satanás y el diablo y la Iglesia de Dios fue destruida.
Es por eso que Dios vino a esta tierra nuevamente como salvador en la última era, y en la era del Espíritu Santo, Dios Elohim apareció juntos como el Espíritu Santo y la Esposa para informarnos de la verdad y establecer la Iglesia de Dios.
Doy gracias a Dios el Espíritu Santo Ahnsahnghong y la Madre Celestial.

Gracias por permitir la carne y la sangre santas de Dios a través de la Pascua del nuevo pacto para devolver esos recuerdos a los hijos que han perdido sus recuerdos celestiales a causa de sus pecados.