La obediencia nos guía al fruto de la salvación. En cambio, el diablo nos hace desobedecer la palabra de Dios. Por lo tanto, tenemos que obedecer las palabras de Dios a fin de que seamos salvos.

Ef. 2:2 en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia

El espíritu que opera en los hijos de desobediencia se refiere al diablo. Obedecer la palabra de Dios es deber de los pueblos de Dios.

He.3: 18 ¿ Y a quiénes juró que no entrarían en su reposo, sino a aquellos que desobedecieron ?

La mayoría de los Israelitas no pudieron entrar en Canaán por no obedecer sus palabras. Esto es nuestra enseñanza para que no lo sigamos. Cuando nuestra obediencia sea perfecta, entraremos en el reino de los cielos.

He.5:9 y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen.

Jesús llega a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen. En otras palabras, los desobedientes serán destruidos aunque creen en él.

2Ts. 1:8 en llama de fuego, para dar retribución a los que no lo conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo.

El día de reposo y la Pascua del nuevo pacto son evidentes del evangelio que Jesús predicó. Los que no los guarden serán destruidos por no obedecer su evangelio. La razón por la que Jesús dio ejemplo de guardarlos siendo Cristo es para que los hagamos y pongamos en obras. De esta manera alcansaremos el reino eterno.