Dios nos permite conocer a Cristo, Dios encarnado, por los ojos espirituales. Sin tenerlos , nunca podrían conocer a Cristo ni comprender la voluntad de Dios.

Jn. 10: 33 Le respondieron los judíos, diciendo: Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces Dios.

Cuando Dios vino en cuerpo con el nombre de Jesús, la mayoría de sus pueblos no lo conocieron por no tener los ojos espirituales. Mientras ellos lo rechazaron, los discípulos lo recibieron mirándolo con ojos espirituales

Ro. 9:5 de quines son patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén.

Apóstol Pablo también le miraba a Jesús con ojos espirituales. Él fue salvo por recibir al Cristo. Por lo tanto, debemos tener ojos espirituales a fin de que conozcamos al Cristo

Jn. 1:14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros ( y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.

¿ cómo lo conoció Juan? Él tenía ojos espirituales y lo miraban con ojos abiertos, de modo que conoció a Cristo. Él fue bendito por recibirlo.

Mt. 16: 16 Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.

Apóstol Pedro también le miraba a Jesús con ojos espirituales mientras las demás lo rechazaron. En esta época, lo mismo sucede con nosotros.

Ap. 22:17 y el Espíritu y la Esposa, dicen, Ven ... tome del agua de la vida gratuitamente.

El Espíritu y la Esposa que nos dan el agua de la vida son salvadores en esta época. Ellos son Dios Padre y Dios Madre. Solo los que tengan los ojos espirituales podrán conocerlos y recibirlos. Creamos en ellos a fin de que heredemos el reino de los cielos.