Dios todopoderoso y que todo lo ve hasta final ha venido a esta tierra.  Vino a nosotros con gran amor para salvar a sus hijos, aunque sabía toda la vergüenza, el sufrimiento y la blasfemia de los incrédulos en esta tierra.  Agradezco a la Madre celestial por seguir estando con sus hijos y guiarme en el camino al reino de los cielos.

Dios Madre que bajó a esta tierra para salvarnos
Sobrevivimos resultado del sacrificio de Dios Madre.
Estoy verdaderamente agradecido a Dios Madre que bajó a esta tierra.
En esta era, solo podemos alcanzar la salvación creyendo en Dios Madre.

En primer lugar, gracias por permitirme conocer al Dios de Elohim.
Desde el principio está escrito que la Madre Celestial nos creó junto con el Padre Celestial en el Génesis de la Biblia, y está escrito que la Madre Celestial nos da vida a través del último libro de la Biblia, el Libro del Apocalipsis.
La Biblia prueba que la Madre Celestial existe con el Padre Celestial que nos creó.
Por lo tanto, creamos en la Madre Celestial y seamos salvos.

Santa Madre Celestial bajó del cielo para salvar a los niños pecadores, lavó nuestros pecados y transgresiones, y se sacrificó para llevarlos al cielo donde no hay muerte ni dolor.

El amor de la Madre Celestial no se puede expresar en el lenguaje de este mundo.
El corazón de la Madre celestial que nos ama es realmente alto y grande.
Por ese amor, hemos sido salvados y tenemos la esperanza del cielo.
Gracias a la Madre Celestial que no dudó en venir a esta tierra.
Doy gloria al gran amor y gracia de Dios Madre.

Madre Celestial que viniste a esta tierra según las profecías de la Biblia. Él es el Dios que necesitamos recibir. Salvémonos creyendo en Dios Madre

Damos gracias y gloria al Padre y a la Madre celestiales que descendieron a esta tierra en carne dejando atrás la gloria del cielo solo para llevarnos al cielo.

Muchas personas en el mundo asocian la palabra amor con madre.
Es porque la Madre es la que da amor incondicional e infinito.
Así como la madre física de este mundo es para sus hijos, la verdadera madre de nuestros espíritus nos da un amor sin medida.
Sufrió más dolor y sufrimiento que la muerte para salvar a sus hijos, quienes no tuvieron más remedio que morir, dejando atrás la gloria del cielo.