Con un corazón obediente, Pedro confió en la Palabra y echó las redes. Entonces, Dios permitió resultados asombrosos que no podríamos haber imaginado. Pescaron tantos peces que podrían hundir sus barcos durante la noche. Sorprendidos por esto, Pedro y sus compañeros dejaron todo y siguieron a Jesús (Lc 5,11).

Teniendo en cuenta el hecho de que Dios nos ha mandado a obedecer para dar tales resultados de gracia, obedezcamos Su mandato de predicar el evangelio vigorosamente a Samaria y hasta los confines de la tierra. Sin fe, nunca podremos ser gozosamente obedientes. Como Saúl, sigue poniendo excusas. Sin embargo, como Pedro, quien se basó en la palabra para arrojar su red a pesar de que era difícil, aquellos que creen y dependen de la palabra pueden obedecer felizmente sin importar las dificultades que enfrenten.

Como resultado de la fe y la obediencia de la familia de Sión, se establecieron más de 7000 Siones en cada región del Evangelio en todo el mundo. Este año, espero que obedezcan aún más al Padre y a la Madre celestiales y se conviertan en todos los miembros de la familia de Sion que predican el evangelio del reino a aquellos que aún no lo han escuchado y lo difunden por todo el mundo. No olvides que Dios bendice a los que obedecen bien y que Él quiere obediencia más que sacrificios, espero que donde Él nos lleve, podamos ir todos juntos al cielo.