El año ha pasado y le damos la bienvenida de nuevo al nuevo año. Mirando hacia atrás, todos los años que he vivido hasta ahora parecen cortos, como si hubiera dormido toda la noche. Cuando pensamos: "El día en que iremos al cielo está cada vez más cerca", no podemos decir cuán agradecidos estamos de que el cielo exista para nosotros. Salomón, el "rey de la sabiduría", también fue una persona que disfrutó de la mayor riqueza y gloria. Sin embargo, si miras a Eclesiastés, que escribió en sus últimos años, habla de la vida desde el primer capítulo hasta los últimos 12 capítulos, expresándolo consistentemente como “vanidad” (Ec 12:8-14).

Salomón, quien se dio cuenta del principio de todas las cosas en el mundo, enfatizó repetidamente que todo es inútil. ¿Cuál es la voluntad de Dios que dejó estas palabras a través de Salomón? No estoy tratando de inculcar una visión pesimista y negativa de la vida, pero les pido que piensen en lo que es una vida verdaderamente valiosa.
Si no buscas a Dios y el propósito y la dirección de tu vida no es hacia el cielo, no importa cuánto te esfuerces, será en vano, como correr tras el viento. Solo el trabajo por la eternidad no es en vano. Por eso Jesús plantó siempre la esperanza del cielo en sus discípulos, incluso en medio de las dificultades y persecuciones (Jn 14,1-3).

'La casa de mi Padre' se refiere al cielo. Dijo que prepararía un lugar para que habitáramos allí. El reino eterno de los cielos espera a los que guardan los mandamientos de Dios y tienen la fe correcta para temer a Dios.
Los que vivimos en Sión tenemos la esperanza del Cielo, y sobre todo, el Padre y la Madre Celestiales, que nos conducen al Cielo, están con nosotros. ¿Qué podría ser más alegre que esto? Hay ciertas promesas de Dios en nuestras vidas. Pedimos a todos los miembros de la familia de Sión que temen a Dios y siguen a cabalidad el camino de Cristo según sus mandamientos para alcanzar el eterno reino de los cielos, den eternas gracias y gloria a Dios Elohim que nos dio una graciosa y hermosa esperanza.