Los que vivimos en Sión tenemos la esperanza del Cielo, y sobre todo, el Padre y la Madre Celestiales, que nos conducen al Cielo, están con nosotros. ¿Qué podría ser más alegre que esto? Hay ciertas promesas de Dios en nuestras vidas. Pedimos a todos los miembros de la familia de Sión que temen a Dios y siguen a cabalidad el camino de Cristo según sus mandamientos para alcanzar el eterno reino de los cielos, den eternas gracias y gloria a Dios Elohim que nos dio una graciosa y hermosa esperanza. Todos vinieron con las manos vacías cuando nacieron en esta tierra. Sin embargo, cuando los hijos de Dios regresan a su hogar celestial después de completar el viaje de su vida, regresan con las manos llenas de las bendiciones, el amor y las promesas de Dios. El mundo glorioso preparado por Dios y la gloria y las bendiciones de reinar allí por los siglos de los siglos nos esperan.